28, 29, 30 y 31 de mayo del 2019
III SEMINARIO INTERNACIONAL DE ARTES ESCÉNICAS
El Cuerpo y el Espacio en la Creación Escénica

Edición actual

Seminario:
Campus PUCP
Centro Histórico de Lima

Lugar:
Pontificia Universidad Católica del Perú
Av. Universitaria 1801 – San Miguel – Lima 32

Teléfono:
01-626-2000 anexo 5819

Correo electrónico:
creacionyproduccion@pucp.pe

Programa

Conferencias

  • Miércoles 29 de mayo, de 6 a 8 p.m. Lugar: Auditorio de EE.GG.LL.

José Antonio Sánchez (Universidad de Castilla – La Mancha, España)

Cuerpos poéticos: el espacio escénico como campo de experimentación ética.

Nuestros cuerpos, en su diversidad, nos constituyen como sujetos de acción y de derechos. También, en su diversidad, nos vulnerabilizan como objetos de explotación y de violencia. El espacio escénico se constituye como un marco privilegiado para la experimentación de los límites, también los límites de la alteridad. La representación o encarnación del dolor ajeno fue un medio para denunciar la reducción del cuerpo a carne, la privación de la condición humana como premisa para cancelar la relación ética. Paradójicamente, en esa operación puede emerger la potencia poética del cuerpo. La interacción de los cuerpos poéticos en el espacio de la escena constituye una experiencia real tanto como un modelo para la acción en el espacio social, político y discursivo.

 

  • Jueves 30 de mayo, de 2 a 4 p.m. Lugar: Auditorio de EE.GG.LL.

Eliana Monteiro (Directora del Teatro da Vertigem de Sao Paolo, Brasil)

Los niveles de sofocación en La última palabra es la penúltima

Los problemas cotidianos presentados en el texto “El agotado” de Gilles Deleuze, inspiraron La última palabra es la penúltima, espectáculo montado en el 2008 por tres compañías teatrales: Vertigem (São Paulo), Kikzira (Minas Gerais) y LOT (Perú). En el 2014, el Teatro da Vertigem regresó a la obra por invitación de la 31ª Bienal, y se propuso revisar lo ya realizado, reflejar y re-ocupar el mismo espacio: el acceso subterráneo a la calle Xavier de Toledo en el centro de São Paulo. Así, La última palabra es la penúltima 2.0 fue la versión dirigida por mí y por Antonio Araujo y tuvo como objetivo investigar el concepto de agotamiento en la ciudad de São Paulo, tomando como punto de partida las cámaras de video repartidas por la ciudad y los elevadores, y el exceso de edificios que perjudican la visión del flujo urbano. En esta ponencia, desarrollo cómo la concepción artística de La última palabra es la penúltima 2.0 transforma la ciudad en un espacio ficcional donde la noción de interrupción, en este caso teatral, significaría la inviabilización de las nociones de discurso y representación, pues ambos prescinden de un encadenamiento mínimo, ya sea de ideas, de análisis o, inclusive, de imágenes. Para Deleuze, el espacio es agotado, más que por la condición de ser cansado sino porque
el agotado agotó todas las posibilidades y su sentido de la acción se pierde. En este sentido, en La última palabra es la penúltima 2.0 investigamos la noción de ciudad-cuerpo y los mecanismos del agotamiento cotidiano.

 

  • Viernes 31 de mayo, de 2 a 4 p.m. Lugar: Auditorio de EE.GG.LL.

Juan Carlos Aldana (Docente de la Maestría en Artes Vivas de la Universidad Nacional de Bogotá)

Desobediencia aplicada Prácticas artísticas indisciplinares

La desobediencia disciplinar es una trans-acción que implica deslizamientos, desplazamientos, es perder lo propio en pos de una apertura a lo frágil, a lo precario, a lo desconocido; es un espacio de turbulencia y caos que actúa en los intersticios de las disciplinas, en sus bordes y fronteras; es un campo en disputa y tensión entre disciplinas cuyo fin es ir más allá de lo disciplinar.

Mi interés más allá de una verificación académica de las prácticas artísticas indisciplinares, es hablar del artista que decide operar en un campo de turbulencia, desajuste y caos disciplinar como propuesta para sus creaciones. Hamlet es mi partida a una apuesta en experiencia indisciplinar.

“Mi presencia no representa a nadie, no soy yo, no soy Hamlet y menos el espectro. Mi naturaleza no es la de un personaje, simplemente soy el operario de un dispositivo escénico. Lo acciono y soy el impulso, la fuerza que se conecta a otras fuerzas. Soy la palanca que gira la rueda, soy el accidente y soy la fuga. Mi cuerpo en escena abrió un canal nuevo de producción de sentido, aglutinaba los otros lenguajes, los atravesaba, los subordinaba a su presencia. La acción del cuerpo sobre los otros lenguajes, que por sí solos son pasivos y formales, potenciaba una actividad netamente performática, viva.” (Aldana, 2009, p.27)

La puesta en acción de un espacio donde el artista se propone así mismo como un laboratorio es su apuesta política, es su posibilidad de poner en crisis sus modos de hacer y de acontecer en un mundo expandido y globalizado, donde fracasan día a día las formas de representar y representarse.

La imagen de turbulencia y caos no remite a espacios de convergencia y diálogo entre disciplinas.  Remite más bien a una antropofagia disciplinar, un banquete desaforado donde las disciplinas se devoran unas a otras creando hibridaciones, mestizajes, transvestimientos, diseminaciones, desapariciones, extravíos, desvaríos… Un banquete entre disciplinas, una orgía entre la belleza y el horror, un espacio para la virulencia altamente contaminante donde se pierde toda unidad y toda diferencia.